El anuncio de que S. Jobs deja su puesto como CEO de Apple es una mala noticia, porque aunque ha tenido muchos detractores, para mí sigue siendo una referencia profesional y personal.
Como superviviente, como él, de un cáncer, me llegó al alma esa frase suya de su discurso en Stanford en 2005, donde decía que cada mañana nos mirásemos en el espejo y nos preguntásemos: "Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?" .
Le dedico a Apple la mayor parte del consejo 13º de mi último libro “Innovación: 100 consejos para inspirarla y gestionarla”, al poner el iPod como ejemplo de Kakushin (innovación radical) seguida de kaizen (innovación incremental).
A pesar de la crisis derivada de la caída de las Torres Gemelas el 11 S hace ahora justo una década, Jobs presentó el iPod justo en octubre de ese año. Combinando en un único producto una tecnología existente en diferentes dispositivos aislados y adoptando un diseño estético novedoso y unas funcionalidades pensando en y para los usuarios, el iPod ha superado los 275 millones de unidades vendidas.
Innovación radical sí, en el primer modelo de iPod que integró muchos conceptos existentes, colaborando con otras empresas bajo el paradigma de innovación abierta. Desde entonces la innovación en el iPod ha sido incremental, evolutiva: iPod Touch, iPod Nano y iPod Shuffle.Y después del iPod llegaron el iPhone y luego el iPad, más innovaciones radicales seguidas de nuevas versiones incrementales.
Apple ha usado esa innovación continua, sistemática, lanzando productos a un ritmo superior al de sus competidores, como barrera frente a la competencia, y le ha ido muy bien ya que le ha permitido aumentar año tras año su cifra de ventas. La ventaja en costes obtenida gracias a su experiencia acumulada y a los acuerdos con proveedores le ha permitido gestionar los precios a la baja, aumentando aún más su cuota de mercado.
Jobs cambió con la innovación las reglas del juego y ha llevado a Apple a ser la 2ª mayor empresa del mundo en capitalización bursátil.
Podríamos definir una serie de principios que estoy convencido son algunos de los que Steve Jobs ha aplicado en su carrera profesional y que, por tanto, pueden sernos útiles para ayudarnos a pensar de un modo diferente y fomentar las condiciones para innovar con éxito en nuestras empresas. Serían éstos:
1. Haga lo que le apasione.
2. Cree una visión de cómo mejorará el mundo gracias a ese nuevo producto o servicio.
3. Reactive su cerebro.
4. Venda sueños, no productos.
5. Mantenga el foco: diga que no a 1.000 cosas
6. Cree a sus clientes grandes experiencias
7. Comunique su gran producto de modo que convenza a los demás de que lo es.
Enric Barba Ibáñez
Doctor ingeniero de telecomunicación
Director General de la División B2B de CIRSA
Premio ENBIS Best manager 2011
Autor de “Innovación: 100 consejos para inspirarla y gestionarla”, Editorial Libros de Cabecera, Barcelona, 2011.