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La nueva industrialización: TIC y otras tecnologías

Escrito por Juan Mulet el 27/09/2016 a las 15:02:53
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(Dr. Ingeniero de Telecomunicación)

Los sistemas ciberfísicos de producción, que Alemania ha bautizado como Industrie 4.0, es una oportunidad para una nueva industrialización de los países desarrollados. Una industrialización muy diferente de la del pasado siglo. No habrá grandes fábricas ni un gran número de empleos, porque lo que pretende es vender y fabricar bienes de consumo adaptados a los deseos de un cliente o de un nicho de mercado, con precios y plazos de suministro algo mayores pero comparables a los que ofrece la tradicional fabricación en serie, que se basa en economías de escala demandantes de grandes inversiones y de abundante mano de obra. Esta nueva forma de producir se ha llamado personalización masiva. Está basada en una segmentación de mercado propio de las economías ricas, donde cada cliente puede tener exactamente lo que quiere porque lo sabe definir, y porque está dispuesto a pagar algo más. De esta manera se pueden atender mercados muy variables, que exigen una cierta diversidad en unos productos, que serán vendidos tanto en las tiendas convencionales como a través del comercio electrónico. Hay quien dice que los ahorros de transporte y la cercanía geográfica y cultural entre productores y clientes son incentivos más que suficientes para el establecimiento de esta nueva manufactura, que es abordable para la pyme.

 

En el fondo, la mayor diferencia entre la producción masiva y la personalización masiva está en que esta última sustituye las ingenierías de producto y de proceso por un proceso de automatización, que ya ha sido previsto durante el desarrollo del producto. La ingeniería de producto adapta el prototipo a las características de la fábrica y la ingeniería de proceso determina la secuencia de fabricación y prueba. En la producción masiva, la fábrica y el proceso se diseñan para aprovechar la economía de escala y se mantienen invariables durante todo el tiempo de fabricación. Las modificaciones del producto exigen nuevas ingenierías y frecuentemente obligan a nuevas inversiones y hacen obsoletas a otras.

 

En la personalización masiva, los robots, los actuales centros de mecanizado, los instrumentos de prueba y demás equipos de producción nuevos o tradicionales, responden a programas informáticos, cuyos datos pueden ser modificados con costes muy bajos. Un desarrollo de producto que lo haya previsto, hará posible cambiar las características, incluso las esenciales, de los productos, dando así satisfacción a muchos deseos diferentes de los clientes. Ya no será necesario encargar un enorme número de unidades, sobre los que se distribuirían los costes de las ingenierías tradicionales y de las inversiones que han exigido, sino solamente aquella cantidad que justifique los costes de parar y reiniciar la producción en curso, y cambiar los parámetros de los programas que gobiernen las máquinas y la comunicación entre ellas.

 

Es evidente que las TIC son las que han hecho posible esta nueva forma de fabricar y que es una de las muchas transformaciones digitales que exige la economía del conocimiento. Sin los avances recientes de las TIC ninguna de las máquinas que componen ya los sistemas ciberfísicos de producción sería posible, como tampoco lo sería la imprescindible comunicación entre ellas, fruto de los logros de la tecnología de redes. Pero como ocurre siempre, harán falta otras tecnologías para que esta nueva forma de producción sea una realidad. Unas tecnologías serán “no tecnológicas”, con las que se podrán detectar las preferencias de los clientes y definir los productos que las atiendan. Otras serán las que determinarán los materiales necesarios para aprovechar las nuevas máquinas, por ejemplo las de impresión 3D. Y otras, más específicas de la aplicación, que permitan diseñar estos “prototipos multiaplicación”, capaces de adaptase a las distintas preferencias, muchas de las cuales todavía no habrán sido detectadas como tales en el momento de iniciar el desarrollo.

 


Es indiscutible que es inevitable una transformación digital, que cambiará la forma de vida y de relación de la sociedad. Para ello habrá que adaptar la formación de niños, jóvenes y universitarios. Pero cuando esto se haya conseguido, o mientras se consigue, habrá que trabajar también para formar en las aplicaciones de las TIC. En el caso de los sistemas ciberfísicos se vislumbran estas necesidades. Los países que las aborden tendrán ventajas porque ya están disponibles fábricas ciberfísicas llave en mano a precios accesibles para muchas pymes, y el mercado que espera estos productos personalizados es mundial. De nuevo, el primero que llegue tendrá las bien conocidas ventajas, y será una oportunidad para relocalizar una manufactura para la que los países desarrollados tienen y tendrán indiscutibles ventajas competitivas.