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La tecnología, ¿aliada o enemiga del fraude financiero?

Escrito por Greg Hancell el 05/11/2024 a las 11:34:54
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(Head of Product - Lynx)

En un contexto en el que la tecnología avanza a pasos agigantados, la seguridad financiera se enfrenta a nuevos desafíos cada día. Las cifras responden a una realidad preocupante. A nivel global, el fraude se estima en 5,4 billones de dólares y, en España, el 5% de la población pierde dinero cada año debido a estafas digitales. Estos números no son meros datos estadísticos, son el reflejo de un problema creciente que exige una respuesta inmediata y efectiva.

 

Las estafas, en su constante evolución, se están volviendo cada vez más sofisticadas y difíciles de detectar. El uso de identidades falsas y la manipulación psicológica son tácticas comunes para engañar a las víctimas. En el actual escenario fiscal, los defraudadores están aprovechando herramientas asequibles y tecnologías avanzadas para llevar a cabo diversos tipos de estafas. 

 

Se observa un aumento en los ataques de fraude de identidad sintética, un método que implica la creación de identidades ficticias mediante el uso de información falsa, lo que permite a los criminales eludir los sistemas de seguridad convencionales. Y, por otro lado, crecen las estafas de ingeniería social, que han evolucionado hacia formas más sofisticadas. En este contexto, los delincuentes utilizan estas estrategias para obtener acceso a información confidencial. Es decir, la persuasión y el engaño son instrumentos comunes en este tipo de ataques, que pueden terminar revelando contraseñas, datos personales o incluso transferencias de dinero.

 

Entonces, ¿cómo podemos defendernos en un entorno tan complejo y en constante cambio? La respuesta está en la innovación, pero, sobre todo, en la inteligencia artificial (IA), utilizándose de manera efectiva y adaptativa. Muchas instituciones financieras aún se basan en enfoques tradicionales basados en modelos de aprendizaje automático y reglas estáticas que, si bien fueron útiles en su momento, hoy dejan importantes brechas de seguridad. Aquí es donde entran en juego las tecnologías que no solo reaccionen a las amenazas una vez hayan ocurrido, sino que sean capaces de anticiparse a los ataques. 

 

La IA, gracias al uso de modelos de aprendizaje automático personalizados, puede rastrear transacciones y ubicaciones para entender cómo las personas usan su dinero. En lugar de modelos de aprendizaje automático estáticos inflexibles y obsoletos que se desvían con el tiempo, las soluciones de inteligencia artificial deberían ser adaptables y actualizarse diariamente para asegurar que las decisiones sigan siendo precisas y minimizar las pérdidas.

 

Los modelos de aprendizaje automático, como el 'Modelo Adaptativo Diario' de Lynx, ofrecen la solución más efectiva para combatir las estafas financieras en constante evolución. Al actualizarse diariamente, estos sistemas garantizan una adaptación continua a los cambios en el comportamiento financiero de los clientes, la aparición de nuevas modalidades de fraude y la introducción de nuevos productos por parte de las instituciones financieras. Más allá de la detección reactiva, estos modelos permiten una intervención proactiva, asegurando así la integridad de los ecosistemas financieros.

 

Asimismo, integrar datos de aplicaciones digitales como eBanking, banca móvil y billeteras en soluciones de fraude representa un avance significativo. Esta iniciativa no solo empodera a los usuarios al proporcionarles una visión más clara de sus transacciones y los riesgos asociados, sino que también facilita la detección temprana de tácticas de ingeniería social y la identificación de identidades sintéticas.

 

Cabe destacar también que la tecnología puede ser un arma de doble filo. La misma innovación que nos promete protección también puede ser usada en nuestra contra. Esto genera una competencia directa entre algoritmos de IA para engañar y detectar.

 

En resumen, un futuro seguro depende de la adopción de nuevas herramientas que permitan anticiparse al fraude y frenarlo antes de que ocurra. Mientras que las entidades bancarias deben adoptar un papel proactivo e ir más allá de la simple detección, la adopción de tecnologías emergentes como la IA, especialmente en formas adaptativas y predictivas, será clave para enfrentar con éxito el creciente desafío de las estafas financieras en un entorno que no deja de evolucionar.

 

Pero, no debemos olvidar que nos encontramos en una encrucijada donde la tecnología puede ser tanto nuestra mayor aliada como nuestra peor enemiga. Solo aquellos que se adapten y evolucionen junto con las amenazas podrán garantizar la seguridad en este nuevo panorama financiero. La innovación ya no es opcional, es una necesidad urgente para sobrevivir y prosperar en la era digital.