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Los errores se pagan. El (no) modelo universitario catalán

Escrito por RAMON PALACIO el 16/09/2014 a las 17:20:03
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(Ingeniero de telecomunicación y vocal consejo de dirección de civicai.cat)

Ahora que ya hemos descubierto que la economía especulativa de casino, pelotazo y derroche no es sostenible, ahora que decimos que queremos ser un país industrial, ahora.... hemos de pensar en nuestra Universidad.

 

La Universidad nace en la edad media como reducto elitista de creación y transmisión de conocimiento. No es hasta épocas modernas que la Universidad se populariza, se “universaliza” (según su propio nombre), y se convierte en los países de nuestro entorno en la tercera etapa de la educación para más de la mitad de la población.

 

Tanto es así que la pirámide educativa se ha invertido, y en estos años recientes ha habido más estudiantes universitarios que de formación profesional, más estudiantes de tercer grado que de segundo grado. Algo insoportable para la economía real, excepto si devaluamos los títulos universitarios, como así ha sucedido.

 

Los presupuestos públicos han alimentado la Universidad. Toda ciudad (o población mediana….) que se precie ha de tener Universidad. Todo país, o estado, o nación ha de competir en la liga de las grandes Universidades mundiales. La gran burbuja universitaria.

 

Pero las grandes Universidades mundiales son grandes empresas, son grandes negocios, conectados con su entorno económico. Y nosotros nos hemos creído que era suficiente con hacer papeles y vivir del erario público.

 

Las grandes Universidades (y también las nuestras, por imitación) tiene profesores que reparten su actividad entre la docencia y la investigación. Investigación que ellos enfocan al negocio y nosotros a la publicación de “papers”

 

Así, nuestro (no) modelo universitario se ha basado en 1) establecer una plantilla funcionarial sin exigencia de responsabilidades 2) reconocer como mérito principal la publicación de “papers” resultados de la investigación y 3) priorizar la libertad de cátedra en la docencia.

 

¿Que tenemos ahora?

 

Una Universidad burocratizada, que no estimula la curiosidad ni la creatividad, desarraigada de su entorno social y económico.

 

Una plantilla cómoda y desmotivada, que publica mucho (Catalunya publica como el equivalente de tener 70 M habitantes), pero que  no patenta. O sea que publica “non-sense”.

 

Unos planes de estudios alejados de las necesidades, por la propia desconexión de la Universidad con la realidad económica, que generan frustración en los alumnos.

 

Pensemos en la UPC, con una deuda de 115 M€, y sin ser capaz de controlar sus déficits presupuestarios anuales, que quiere competir en el mercado mundial de Universidades, y que su “output” son “papers” sin patentes,  que no generan ningún retorno económico, y graduados, masters y doctores que no encuentran su lugar en la (escasa) industria del país.

 

Algo hay que hacer con la industria, pero tardaremos una generación en resolverlo. Y algo hay que hacer con la Universidad, y podemos hacerlo más rápido.

 

Eso sí, para ahorrar, la UPC prescinde de los pocos profesores asociados que tiene “compartidos” con el mundo profesional exterior. Es el camino fácil, pero no el mejor.

 

Ramon Palacio, Ingeniero de Telecomunicación, 15-07-2014