Seguridad y salud laboralEscrito por Raimon Balart el 12/12/2017 a las 19:00:055353
La Directiva 2013/35 / UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de junio de 2013, sobre las disposiciones mínimas de salud y seguridad relativas a la exposición de los trabajadores a los riesgos derivados de agentes físicos (campos electromagnéticos) ha sido finalmente transpuesta al ordenamiento jurídico español mediante el Real Decreto 299/2016, de 22 de julio, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a campos electromagnéticos, que se encuentra en vigor de desde el 30 de julio de 2016.
La norma establece una serie de disposiciones mínimas que tienen por objeto la protección de los trabajadores contra los efectos adversos para su salud en el lugar de trabajo y los riesgos para su seguridad derivados o que puedan derivarse de la exposición a campos electromagnéticos
La mayoría de los campos electromagnéticos (CEM) presentes en los entornos laborales se consideran de frecuencias extremadamente bajas. Estas frecuencias van desde los 0 Hz hasta los 100 kHz e incluyen la frecuencia de 50 Hz de la alimentación eléctrica, que es la más habitual. La exposición de una persona a campos eléctricos y magnéticos externos a frecuencias extremadamente bajas induce dentro de su cuerpo campos eléctricos y corrientes. A bajas frecuencias, el cuerpo humano es un buen conductor y las líneas de campo eléctrico son aproximadamente perpendiculares a la superficie del cuerpo. En consecuencia, se inducen cargas eléctricas en la superficie expuesta que oscilan y que, a su vez, inducen corrientes en el interior del cuerpo. El campo eléctrico interno es bastante inferior al externo (de 5 a 6 veces menor a 50 Hz, por ejemplo). Para un campo eléctrico externo dado, los mayores campos eléctricos inducidos en el cuerpo se producen cuando el cuerpo humano se halla en perfecto contacto con el suelo a través de los pies (cuando está puesto eléctricamente a tierra). Los campos inducidos menores se producen cuando el cuerpo se halla aislado del suelo (cuando está en "espacio libre").
En cuanto a los campos magnéticos, dado que la permeabilidad de los tejidos humanos es igual a la del aire, el campo magnético dentro del cuerpo es igual al externo. Es decir, el cuerpo de los humanos o de los animales no perturba significativamente el campo magnético. La mayor interacción con los campos magnéticos se debe a la inducción de Faraday de campos eléctricos y a las densidades de corriente asociadas en los tejidos conductivos. Los campos eléctricos inducidos en el cuerpo por los campos magnéticos externos son mayores cuando las líneas de campo son transversales al cuerpo, de adelante hacia atrás, aunque, para algunos órganos concretos, sucede con campos alineados de lado a lado. Los campos inducidos menores se producen cuando el campo magnético externo se halla orientado verticalmente a través del eje corporal. Para una orientación y valor de campo magnético dados, la inducción de campo eléctrico es mayor cuanto más largo es el individuo.
Hay dos tipos de afectaciones sobre la salud y la seguridad fijados por la literatura científica: los agudos, que afectan al neurocomportamiento, y los crónicos, circunscritos al riesgo de leucemia infantil (efectos crónicos) en exposiciones diarias, crónicas, a campo magnético de baja intensidad (0,3 μT - 0,4 μT) proveniente de líneas de alta tensión. Sin embargo, que las evidencias sean débiles y sin causalidad establecida, explica que la posible leucemia no se haya utilizado de base para las normativas de prevención.
Por lo tanto, la normativa se fundamenta en los efectos conocidos sobre el neurocomportamiento, tales como la percepción de carga eléctrica superficial (también deben considerarse las descargas eléctricas por corrientes de contacto o inducidas); la estimulación directa de tejido muscular y nervioso (por ejemplo, de las fibras nerviosas con mielina del sistema nervioso periférico humano) y la inducción de fosfenos magnéticos en la retina (sistema nervioso central) en personas expuestas a campos magnéticos de baja frecuencia. Este último fenómeno es el efecto directo de excitación nerviosa o muscular por campos eléctricos inducidos más bien asentado.
En un próximo artículo hablaremos de cuáles son las posibles fuentes de campos artificiales de estas frecuencias que se pueden encontrar en el entorno laboral y que, tal vez, requerirían una evaluación de riesgos.
Raimon Balart Socio de BCN Projecta Associats, S.L. |