La preocupación que ahora muestra la UE sobre el lamentable estado en que se encuentra el sector de las telecomunicaciones en Europa es algo, digamos, novedoso.
De un tiempo a esta parte, hace poco en cualquier caso, los culpables de que las cosas estén como están empiezan a pedir cambios y tratan de modificar, por ahora tibiamente, el estado de las cosas.
Ya a finales de 2013, la vicepresidente de la Comisión Europea, Neelie Kroes, señaló que, para crear un verdadero mercado único “se necesitan operadores europeos fuertes”. Bruselas, Neelie Kroes en concreto, añora los años noventa, cuando la industria europea de las telecomunicaciones figuraba a la cabeza de la innovación, y lamenta esa pérdida de liderazgo.
Sacando esta manifestación de contexto, incluso queda bien. Pero convendría recordarles que es así porque ellos lo han querido, a pesar de que muchos y muchas veces les avisaron de las consecuencias de su política.
No hemos llegado al estado actual de las cosas por culpa del Destino, sino porque organizaciones y personas, con nombre y apellidos, han tomado decisiones que ahora se demuestran erróneas.
A poco de la liberalización de las telecomunicaciones, se pusieron en marcha políticas, y se crearon organismos para hacerlas realidad, que fueron demoledoras para los avances experimentados hasta ese momento por las empresas en Europa, y llevaron a nuestro sector, de un futuro prometedor, a lo que ahora tenemos.
Una CMT empeñada en que hubiera muchos operadores, aceptando para ello incluso una aplicación chapuza de los requisitos técnicos que marcaba la normativa para los que optasen a ser habilitados. Con el presidente de la CMT de entonces empeñado en que así fuera. Firmes defensores de la competencia y del mercado, aunque con ello se cargasen todo lo demás. Talibanes. Y consejeros que eran conscientes del daño que se le estaba haciendo al sector, que ocupaban un cómodo sillón durante, al menos, cuatro años, que miraban para otro lado, que justificaban su papel diciendo que defender a la industria, el empleo y la innovación no era responsabilidad suya. Pero mientras, ayudaban a cargárselos. ¿Qué opinarán todos ellos ahora?
Una política regulatoria equivocada seguida desde la UE, liderada obsesivamente por Vivianne Redding, mucho tiempo, demasiado, Comisaria para la Sociedad de la Información de la UE. Una política basada en la bajada permanente de precios de los servicios, que acabó expulsando del sector a casi todos, y obligando a los que se quedaron, especialmente los grandes operadores europeos, precisamente esos a los que ahora se quiere “fuertes”, que estaban llamados a ser las locomotoras de las TIC en Europa, a recortar gastos en innovación, en empleo y en la industria suministradora local. ¿Cómo se puede entender que la Sra. Redding haya pasado a la historia como “el azote de las operadoras”, y que ahora su sucesora pida unas operadoras fuertes para poder competir en el mundo?.
Unos gobiernos ciegos al papel que estaban llamadas a jugar las telecomunicaciones y las TIC como generadoras de riqueza y conocimiento. Pura ignorancia. Unos gobiernos responsables de las subastas para la habilitación de operadores de telefonía móvil que, en 2001, obligaron a las operadoras a cambiar su estrategia y asumir unas deudas brutales para poder competir, lo que lastró sus cuentas de resultados e inició un negro periodo que aun hoy perdura. Gobiernos que siguen viendo a las telecomunicaciones como fuentes de generación de fondos, vía tasas e impuestos, por encima de lo que sufren otros sectores, y nunca como lo que deberían haber sido: un auténtico tirón de la tecnología y la innovación en Europa, justo lo que están siendo en otras partes del mundo.
Unas Operadoras que, presionadas por el entorno regulatorio, que justificó la estrategia de recorte de gastos que hicieron, no tomaron las medidas estratégicas y de negocio que deberían haberse tomado y han visto sus márgenes caer y la aparición de una competencia nueva en las empresas de Internet. Obsesionadas por el recorte de gastos, fueron incapaces de crecer y abrir nuevas vías de negocio. No supieron liderar el cambio que la tecnología tría consigo, y ahora ven cómo otros obtienen pingües beneficios utilizando sus redes de forma gratuita.
Unas empresas suministradoras, que ya no existen sino testimonialmente, que asumieron con resignación la realidad, que se pusieron manos a la obra para llevar a cabo, sin quejarse, lo que entonces se llamó “hacer los deberes”: reducir capacidad, cerrar empresas y acabar sacando el negocio fuera de Europa. Empresas que asumieron un radical recorte de gastos con aplicación, convencidas de que, a pesar de todo, podrían seguir obteniendo los beneficios que se esperaban. Esas empresas que conformaban el tejido industrial que, precisamente, ahora echa de menos Neelie Kroes.
Una patronal, que, por tener a todos dentro, tenía, y sigue teniendo, poco margen de maniobra, y que, dominada por los operadores, a los que les interesaba que no se hiciera ruido, no se enfrentó como hubiera debido con la situación.
Y unas organizaciones profesionales, lo digo por experiencia, que veían como sus profesionales perdían el empleo de calidad, y después el empleo a secas, sin denunciarlo abiertamente, sin dejar expresamente claro que las telecomunicaciones en España y en Europa se estaban viniendo abajo.
A lo largo de esta historia, casi nadie de los que empezaron perdura. Ni los presidentes de las empresas suministradoras de entonces, ni los presidentes de los gobiernos de la UE, ni los presidentes de las operadoras europeas (excepción hecha de Alierta), ni el de la patronal.
Paradogicamente, quienes están en el ojo del huracán, quienes generaron esta situación desde la UE, quienes han regido las políticas regulatorias en la última década, con Durao Barroso y Vivian Reeding a la cabeza, siguen ahí. Eso sí, ya se van, dejando a Europa hecha unos zorros. Como nuestras telecomunicaciones.
Que vengan otros y otras políticas, por favor. Ya.
ENRIQUE GUTIÉRREZ BUENO.
egbueno@coit.es
Presidente del Comité de la Sociedad de la Información del Instituto de la Ingeniería de España.