Smart Cities o el termino malditoEscrito por Eduard Martin Lineros el 11/10/2016 a las 18:03:373752
(Degà Col·legi Oficial d'Enginyeria en Informàtica) Con el fin del verano y la llegada de la intensidad del otoño -sobre todo en el ámbito político- el termómetro en nuestro sector también sube unos grados. Las magníficas citas en relación a la Internet of Things y las Smart Cities llegan nuevamente a Barcelona, convertidas en esperados congresos.
Y tengo la sensación que, a pesar que pasan los años, y a pesar de querer hacer un cambio en el mensaje, cubriendo de "ideología" lo que sólo debería ser tecnología al servicio de las personas, que el destino y el contenido son los mismos rodeados de las obvias novedades en el terreno de la más pura tecnología.
Este año el “lema” "Cities for Citizens" del Smart City Expo se me ocurre muy apropiado. No por su novedad (en definitiva las ciudades existen gracias a la voluntad de sus ciudadanos, no gracias a la tecnología), sino por la re-afirmación de que esto no va de poner tecnología porque sí, si no de poner a disposición de las comunidades los mejores sistemas para un aprovechamiento máximo de los recursos, a la vez que un respeto máximo por el entorno.
El lema me recuerda la realidad de la afirmación que el único componente inteligente de una ciudad es su población. Esta es la realidad. La "comunidad" es la que hace posible con su generación de riqueza traducida en forma de industria –genéricamente hablando- que se pueda disponer de la tecnología para mejorar sus condiciones y su calidad de vida. La internet de las cosas (IOT) permitirá profundizar en la automatización de tareas, y sobre todo en su planificación, control, y en la optimización en el consumo de recursos. Hasta aquí sólo cabe esperar una evolución rápida de hardware y de software para ver cómo somos capaces de asumir un cambio tan precipitado.
Y hasta aquí nada nuevo ... ¿Qué tal si nos dedicamos a profundizar en este aspecto? No. Continuamos pensando y repensando el concepto y utilizando términos que hacen ideología y confunden en muchas maneras.
Hay términos, adjetivos, que pueden ser objeto de fácil manipulación: sostenible, democrático, participativo, colaborativo, circular ... Me gustaría alejarme de estos términos, que forman parte de los objetivos, de las ansias, de las ideas,. .. para centrarme en aquellos términos que nos han permitido evolucionar como comunidades.
Las TIC forman parte de esta evolución, que quiere profundizar en el conocimiento del entorno. Forman parte de la capacidad de los hombres y las mujeres de superar las dificultades de un medio no siempre amable. Y como las otras creaciones humanas son tan peligrosas como beneficiosas.
Quizás insistir en el concepto de que la ciudad es de los ciudadanos nos vaya bien para tomar conciencia de que esto siempre ha sido así y que está bien filosofar y hablar del tema, pero que la responsabilidad de que esto sea así no será siempre de la tecnología, sino de aquellos que la implantan, y en definitiva, de los que la interpretan.
Bienvenida pues la época de los congresos que nos llevarán a la visión de la nueva producción industrial (lo que llaman "Industria 4.0" -o la versión que más le guste-), y de la nueva gestión de los sistemas de gestión urbana, necesarios para una buena explotación, cada vez más compleja, de las relaciones entre las personas y su medio. Bienvenida la idea de centrar el discurso en las personas (este enfoque es el único posible y lo único que pienso es correcto), y bienvenidas las novedades en el campo de las TIC que permitan una gestión y una utilización de los recursos más racional y más distribuida.
Lo que tengo por ahora más claro, es que la necesidad de aclarar el discurso y el objeto de estos temas, forma parte del complejo mundo en el que nos movemos. Un mundo donde es difícil separar la causa del efecto, y donde es muy difícil separar visión de progreso general –soportado por la tecnología- de la concepción general de la sociedad.
Adelante con los territorios que plantean mejoras en la vida de sus habitantes, utilizando la tecnología del momento que les es indispensable y que indudablemente nos llevará a una sociedad que reaprovechará los recursos, que hará de la colaboración una base de su progreso y que podrá controlar mejor los efectos de su propia existencia. |