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¿Vamos a jugar?. Sí, ¿dónde? ¿cuándo?. ¡Ahora!

Escrito por Carlos Cosials el 13/11/2012 a las 10:24:38
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(Integral Innovation Expert)

 

Asití en Valencia al I Gamification World Congress (http://www.gamificationworldcongress.com/) celebrado el pasado 20 de septiembre. Iba con un cierto reparo a cuántos y quienes me iba a encontrar allí pero la sorpresa ha sido grande al comprobar que una nutrida audiencia, proveniente de diversos ámbitos (marketing, tecnología, marcas, proveedores, …), buscaba lo mismo que yo: “saber que hay de serio en esto del juego,  aplicado a los negocios”. Muchas cosas he comprobado y corroborado y por ello se las quiero compartir.
 
La primera, que ludificación es mucho mejor que ‘gamification’
 
 
(http://www.fundeu.es/recomendaciones-L-ludificacion-mejor-que-gamificacion-como-traduccion-de-gamification-1390.html) y la segunda es que según algunos analistas (Gartner, Forrester, …) España podría situarse tras USA en expectativas sobre este ámbito. Déjenme, pues, que en mi modesta opinión les acompañe a descubrir qué es esto de la ludificación, .
 
 
Referenciando aquí al maestro Antonio Flores y su compañía de innovación, podemos afirmar que cualquier novedad que pretenda aspirar a cosechar un éxito debe contemplar (soportar, en el sentido de superar el examen crítico de mirar desde esa perspectiva) tres ámbitos y que en la intersección (yuxtaposición) de los tres se encuentra el potencial triunfo de la iniciativa empresarial: economía, tecnología y sociedad.
 
 
Quisiera acompañarles por estos tres territorios y observar qué está sucediendo, según la perspectiva del juego.
 
 
Nadie de los que haya comenzado a leer este artículo puede negar que haya tenido una infancia, en la que una de las frases más interesantes que podía escuchar entonces, de su grupo de amigos, era: “¿vamos a jugar?”. Era un momento de expectativa total y todos, de pronto, nos animábamos rápidamente. Algo superior a nosotros, casi incontrolable, que residía en nuestro interior y que nos movilizaba: era una llamada a la acción.
 
 
Conseguir, hoy en día,  en nuestra vida adulta, que revivamos algo similar es tarea hercúlea y si, además, nos estamos refiriendo a ello desde la perspectiva del consumo (y en concreto del comercio) parece un algo imposible.
 
 
Pero, por otro lado, aunque aunque algunos lo nieguen, o que lo denominemos simular para que parezca más serio, en nuestra etapa adulta seguimos jugando con la misma intensidad que en la infantil. Esto nos brinda una oportunidad nada desdeñable de aprovechar esta palanca para crear nuevas oportunidades de negocio. Es lo que la literatura especializada refiere bajo el término anglosajón (¡cómo no!) de ‘gamification’ o ludificación en nuestros lares.
 
 
Éste es el ámbito al que podríamos referirnos como sociedad, desde el matiz psicológico y sociológico.
 
 
A los tecnólogos (como yo) tampoco les sonará extrañas las nuevas oportunidades que se están perfilando en el ámbito 3.0 o de contexto geográfico o basadas  en la localización, por la masiva irrupción de las tecnologías móviles. Fácilmente llegaremos al consenso de vislumbrar toda una plétora de nuevas aplicaciones que están facilitando nuevas oportunidades de negocio.
 
 
Bien, pues si combinamos los dos aspectos previamente mencionados nos encontramos con una novísima oportunidad que se denomina ‘geogambling’ (que muchos categorizarían bajo el epígrafe de LBS (Location Based Services) o servicios basados en la localización. Tenemos pues aquí una buenísima oportunidad de revisitar las facilidades tecnológicas que nos brinda la actualidad.
 
 
Y, por último, cualquier iniciativa que busque el lucro deberá contemplar como hoy los paradigmas de recompensa están alterados (o eso pareciera) y ahora se pague mucho más por lo intangible que por lo tangible, o dicho de otra manera, se valore más. Se paga muchísimo más por el concierto (y ¿qué me llevo tras la audición?) que por el CD de la misma interpretación, que obtengo como contraprestación a mi pago. Esto vislumbra que muchas actividades empresariales están vinculando su actividad a la prestación de un servicio, cuya monetización se obtiene por la “entrega” de un bien tangible. Es decir, aquello que me dan, si va vinculado a una experiencia, tiene “valor”, frente al desprecio (o copia) que se obtiene por la pura adquisición. Es decir, nuestra economía está virando (y la salida de la crisis actual no hará más que acentuar esta paradoja) hacia un modelo donde el valor reside más en la experiencia vivencial que en el bien que consumimos Un fantástico ejemplo de cómo la economía también se transformará.
 
 
Concluyo afirmando que tenemos oportunidades, ahora mismo, de iniciarnos en este ámbito. Sólo depende de ustedes elegir el dónde y el cuándo.
 
 
© Carlos Cosials Ruiz
Business Development Management en FantastIQ Transmedia Solutions (http://www.fantastiq-transmedia.com/ )