Actualizado el 19/11/2024
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Demonizar la tecnología era lo fácil, pero se acabó...Escrito por Slivia Leal el 11/05/2021 a las 20:10:002737
(experta en e-Liderazgo y transformacion digital) Resulta difícil de entender, vivimos en los tiempos de la hiper-conexión y las redes sociales y, sin embargo, una de cada tres personas se siente sola con mucha frecuencia. Es la “paradoja de la soledad”, un mal contemporáneo mundial con graves consecuencias para la salud mental y física de quienes la padecen.
En primer lugar, porque esta sensación, cuando se vuelve crónica, puede provocar una depresión e incluso aumentar considerablemente los niveles de cortisol en el cuerpo (la principal hormona del estrés), debilitando, como resultado, la actividad del sistema inmune. Y, por si fuera poco, es un mal que no descansa, dado que, por lo general, está asociada a un aumento de frecuencia en los “microdespertares” por lo que son personas que no duermen bien y se levantan muy cansadas.
Y muchos pensarán que este es un problema que afecta sobre todo a las personas de mayor edad, cosa que en muchos casos es cierta, pero ¿sabías que el 40% de los adolescentes también se siente solo de forma habitual? Y esto les provoca insatisfacción e infelicidad… ¡Como si no tuvieran ya suficientes problemas!
¿Y de quien es la culpa? ¡Muchos decían que de la tecnología!¡De las redes sociales! ¡De tanta consola y, por supuesto, de los vídeojuegos! Y ¡cómo no! también de las pantallas y de los dispositivos móviles! Pero, de verdad, ¿de quién era la culpa?
Y es ahora cuando todos sabemos muy bien lo que es la verdadera soledad, y lo que se siente cuando la tienes a tu lado, porque nos acompañó implacable durante el confinamiento, aislando sin piedad a millones de personas en todo el mundo…
Por todo ello, quiero aprovechar este momento para recordar que fue precisamente gracias a la tecnología que, durante el confinamiento, nos pudimos seguir comunicando con el exterior y, por supuesto, con nuestros seres queridos. De hecho, ¿os imagináis cómo hubiera sido el encierro sin nuestros dispositivos? ¿Sin poder comunicarnos con nuestros padres o nuestros hijos? ¿Con el trabajo o los colegios? ¿De verdad nos podemos llegar a hacer una idea del horror de vivir esta situación sin este contacto con el exterior?
Sinceramente, tengo mis dudas y por ello creo que una de las lecciones que debemos sacar del Coronavirus es que, como sociedad, no podemos seguir demonizando la tecnología. Tenemos que seguir luchando contra el abuso y el mal uso, pero tenemos que hacerlo con mucha conciencia sobre cómo sería nuestra vida sin ella y sin los profesionales que se dedican en cuerpo y alma a que avance…
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