European Smart Networks and Services Joint Undertaking (SNS JU) es el pomposo nombre de la entidad que, desde este pasado mes de noviembre, toma cuerpo para dirigir y potenciar el desarrollo y adopción de la 5G en el viejo continente, así como el estudio y desarrollo de la próxima generación de conectividad móvil, la 6G.
El nuevo organismo nace con la voluntad de garantizar la soberanía europea en el desarrollo e implementación de un estándar 6G que debería estar a punto alrededor del año 2025, el cual se empezaría a desplegar a finales de la presente década.
Mientras tanto, su función es la de potenciar el despliegue de la 5G para facilitar la transición digital y verde en los países de la Unión, coordinando para ello los programas estratégicos como los corredores 5G y los programas nacionales de cada uno de los estados miembros de la Unión.
El SNS JU lo conforman tanto empresas privadas como organismos públicos de los distintos países miembro de la Unión, y tiene un presupuesto de 1.800 millones de euros repartidos a partes iguales (900 millones cada uno) entre la UE y las empresas privadas.
Europa no es la única que persigue la 6G
Por lo menos empresas de Corea del Sur y China ya han anunciado planes de desarrollo e, incluso, demostraciones (es el caso de LG), de lo que debe ser la futura 6G.
Como esta no cuenta con una definición unívoca, es difícil recitar una lista de las características que tendrá, y de lo que ofrecerá a los usuarios, aunque es relativamente fácil esbozar algunas de sus ventajas sobre la actual 5G como, por ejemplo, mayor velocidad.
Esta podría llegar a 1 Terabit por segundo, según afirman desde LG, y contaría también con una menor latencia para permitir el acceso a entornos de realidad virtual y aumentada online.
Por ahora, todo apunta a que seguirá siendo una tecnología celular, y podría ser más fragmentaria que la 5G, llevando a compatibilidades parciales de los dispositivos según el área geográfica en la cual nos encontremos. Algo parecido ya pasa con las 4G y 5G, pero en la 6G este aspecto podría acentuarse debido al celo de los distintos países o bloques en desarrollar e imponer su propia solución, como Europa, China y Estados Unidos.