¡Que inventen ellos!, fue la lapidaria y errónea frase de Miguel de Unamuno, en carta que dirigió a José Ortega y Gasset el 30 de mayo de 1906. “Yo me siento profundamente antieuropeo…¿Que inventan cosas?, ¡nosotros nos aprovechamos de ellas!...
Y con esta idiosincrasia hemos crecido numerosas generaciones, sin apercibirnos que la revolución tecnológica ya se estaba instalando en toda Europa. Vimos pasar el tren de la Investigación y el Desarrollo (I+D) por delante de nuestros ojos, sin dedicarnos a ello. ¡Cuánto daño hizo Unamuno sin pretenderlo!...
En esta tribuna afrontaré la I+D española en los siguientes apartados:
a) Los 12 mejores inventos españoles de la historia
b) La I+D durante la dictadura (1939-1960): gris obscuro
c) La I+D durante las décadas de los 70s y 80s; tras el letargo se produce una explosión de empresas, asociaciones y certámenes del sector TIC.
d) De boom en boom: de tener 60 fábricas de TV color al boom del ladrillo
e) ¡Por fin nos tomamos en serio la I+D!
f) Catalunya ya juega en la “Champions” de regiones tecnológicas
Los incrédulos, los que opinan que España sólo destaca por sus 82 millones anuales de turistas extranjeros, por sus playas, su gastronomía y por sus dudosas fiestas (corridas de toros, San Fermín, la Guerra del Vino y otras innumerables y variopintas fiestas de excesos pueblerinos, así como por el flamenco y la sangría…) tienen razón en parte. Porque hasta hace pocas décadas los inventos españoles se limitaban a una docena y, excepto un par, se trata de “modestos inventos”…; a saber:
a). Los 12 mejores inventos españoles de la historia
Una de las cosas que veréis es que todos los inventos españoles tienen en común es su usabilidad, como la “fregona”. Aunque parezca una tontería, antes de este invento, las personas tenían que agacharse y raspar el suelo con un cepillo, dejándose los brazos, las rodillas y la espalda con la labor (artritis y artrosis). Su creador en 1964, Manuel Jalón Corominas (ingeniero y oficial del ejército del aire), patentó este invento, al cual más adelante le dieron diferentes nombres comerciales.
La jeringuilla desechable. De la mano del mismo autor, la jeringuilla desechable supuso una verdadera revolución para la salud, ya que evita muchos contagios de gérmenes entre pacientes. Fue el año 1973 cuando llegó a la sociedad dicho elemento de plástico, el cual era ya hartamente necesario. Antes de ese momento, solían ser de cristal o de acero inoxidable (las cuales se esterilizaban antes de usar, pero no impedía que se siguieran transmitiendo enfermedades especialmente agresivas, como la hepatitis, o la malaria). Podríamos afirmar que fue uno de los inventos más famosos, y que más repercusión ha tenido a nivel mundial.
El submarino. El catalán Narciso Monturiol, en 1859, creó el primer submarino de madera, lo cual ya fue toda una hazaña. Sin embargo, quedaba aún más por optimizar, lo cual el murciano Isaac Peral aprovechó. Esta vez se diseñó el mismo invento, pero de acero inoxidable (1888), aumentando mucho más su resistencia para mayores profundidades. Este primer submarino pesaba 77 toneladas, dos motores (eléctricos, lo cual fue toda una revolución), un lanzatorpedos, y una velocidad de 11 km/h (6 nudos bajo el agua).
El futbolín. Concebido por Alexandre Campos, poeta que utilizaba el pseudónimo de Alejandro Finisterre, en plena Guerra Civil Española. Fue construido en 1973 por Francisco Javier Altuna, aunque la idea inicial perteneció al primero, el cual se aburría en el centro médico donde estaba internado, recuperándose de diversas heridas de guerra.
La calculadora. Aunque la primera calculadora mecánica llegó de la mano de Blaise Pascal en 1642 (llamada en aquel momento “pascalina”, que funcionaba a base de engranajes y ruedas), fue un cántabro, Leonardo Torres Quevedo, que la optimizó.
En 1893 fue presentada en la Real Academia de Ciencias Exactas, cuyo prototipo, lanzado oficialmente en 1914, descansa en la Escuela de Ingenieros de Caminos, en la Universidad Complutense de Madrid. Este invento, capaz de realizar grandes operaciones matemáticas, supuso un antes y un después en los cálculos científicos e ingenieriles, figurando como uno de los mejores inventos españoles de mayor prestigio en dicho ámbito.
El teleférico. Esta especie de ascensor o elevador, fue concebido por el mismo inventor anterior, registrando la patente en 1887. El cántabro ya lo apuntó con su propio puño y letra: “un sistema de camino funicular aéreo de alambres múltiples”. El primer “vehículo aéreo” de dichas características fue construido y llevado al mercado con éxito en 1907 en la ciudad de San Sebastián. Debido a su amplia repercusión, llegó a países tan recónditos como Canadá, erigiéndose en plenas Cataratas del Niágara en 1916.
La guitarra española. La guitarra clásica, compuesta por 6 cuerdas, nació en los albores del siglo XIV en la península ibérica. Sus orígenes radican en la vihuela, que fue evolucionando con el tiempo hasta el modelo actual, desarrollado por Antonio Torres en el siglo XIX.
El cigarrillo. El cigarrillo se cree que se originó en la ciudad de Sevilla, cuando los mendigos de la zona recogían los desperdicios del tabaco de las gentes más pudientes. Los primeros, machacaban los desechos y liaban lo obtenido en papel de arroz. Sin embargo, el salto a nivel internacional se dio cuando un inventor americano, James Albert Bonsack, creó una máquina capaz de producir miles de cigarrillos en pocos minutos.
El autogiro. También llamado “girocóptero”, este invento español llevado a cabo por el murciano Juan de la Cierva en la década de 1920, es el precedente del helicóptero moderno. La idea fundamental es el rotor articulado, el cual le da la capacidad de elevarse desde su posición inicial, sin necesidad de tener que coger velocidad, como pasa con los aviones. El primer vuelo se registra en 1924 en la Comunidad de Madrid.
El chupa chups. El origen de este simpático dulce radica en Villamayor, Asturias. Su autor, un catalán llamado Enric Bernat, se dedicó al noble arte de hacer pasteles por tradición familiar. Se le ocurrió patentar la idea de un caramelo redondo con un palito.
El traje de astronauta. No podemos olvidar la “escafandra estratonáutica”, o el “prototraje” que utilizan hoy en día los astronautas en el espacio, fue creada por un coronel granadino llamado Emilio Herrera en 1935. Era un traje presurizado, ideado para utilizarlo en el vuelo en globo aerostático, programado para el año siguiente, que nunca vio la luz, puesto que estalló la Guerra Civil Española.
El tren Talgo. Otro de los grandes inventos españoles es este medio de transporte, capaz de alcanzar velocidades de 350 km/h. En realidad, Talgo es un acrónimo de Tren Articulado Ligero Goicoechea Oriol, por los apellidos de su diseñador, de nombre Alejandro. La diferencia con los trenes convencionales, además de su alta velocidad, radica en su constitución: coches más pequeños, más bajos, de aluminio y compuestos por un sistema de rodadura diferente, lo que le da más ligereza; he ahí su gran fama.
b). La I+D durante la dictadura (1939-1960): gris obscuro
Poco hay que decir sobre la Investigación y el Desarrollo en España durante el período de posguerra, en donde el gran problema diario era sobrevivir a la escasez de alimentos y de materias primas. Se trataba de reconstruir las ciudades y pueblos asolados por la barbarie de ambos bandos contendientes. Quizá se patentara alguno de los “12 grandes inventos españoles”, citados en el apartado anterior, pero poca cosa más. Por ese motivo lo he titulado: “gris obscuro”…
c). La I+D durante las décadas de los 70s y 80s; tras el letargo se produce una explosión de empresas, asociaciones y certámenes del sector TIC.
Son las décadas que mejor conozco, ya que desde 1974 entro en Boixareu Editores en calidad de director de la revista técnica “Mundo Electrónico”, que me exige viajar a las mejores ferias de Electrónica del mundo, así como también a universidades, empresas y centros de investigación de España en busca de técnicos deseosos de escribir artículos técnicos sobre electrónica, informática o telecomunicaciones. Me complace decir que los mejores técnicos/científicos de TIC escribieron en esa época en Mundo Electrónico.
En esas décadas se constituyen varias asociaciones y patronales: ANIEL (Asociación de Fabricantes de Electrónica y Telecomunicaciones; SEDISI (1976), Asociación de Empresas de Informática, ASIMELEC (1984) y SECARTYS, Asociación de Exportadores de Electrónica e Informática. Más adelante se fusionan ANIEL y Sedisi, creando la actual AMETIC (2004). Todas elles agrupan a varios centenares de empresas fabricantes e importadores/exportadores de componentes, equipos y sistemas de electrónica e informática, entre las que recuerdo gratamente son: Ataio Ingenieros, APD, Airbus, ABB, Amper, AMP, Accenture, Comelta, Copresa Lab, Ctesa, CECSA, CNM (Centro Nacional de Microelectrónica), CTI, Distesa, Diode, EINA, EISA (Enclavamientos y Señales), Elbe, Fagor Electrónica, Fermax, Hispano Electrónica, Hispasat, Hewlett Packard, Indra, Iberia Radio, Ikusi, Intel, Investrónica, IBM, INI, NCR, JVC, Kenwood, Pioneer Electronics, Epson Ibérica, Marconi, Micosoft, Miniwat, Nixdorf, Olivetti, Panasonic, Piher, Premo, Promax, Rohde Schwarz, Sagitron, Secoinsa (1975), Standard ITT, Samsung, Seresco, Sharp, Simón, Siemens, Televés, Tektronix, Teltronic, Telefónica I+D, Toshiba, Vanguard, Vieta,…son sólo algunas de las que en este momento recuerdo; pero hay muchas más. Algunas de ellas fueron auténticas universidades, donde se formaron futuros dirigentes, CEOs o presidentes de empresas. Tuve la suerte de estar presente en ese
florecimiento y explosión de empresas y asociaciones, con muchas de las cuales pude colaborar desde mi puesto en Mundo Electrónico y, posteriormente, desde mis empresas Eikona Comunicación e Ikonos. También estuve en el nacimiento y consolidación de los 3 primeros certámenes que comento en el párrafo que siguiente.
Eran los tiempos del nacimiento de una industria Electrónica, Informática y de Telecomunicaciones, que precisaba de un tejido de Asociaciones, patronales y Certámenes como:: SONIMAG, EXPOTRÓNICA, INFORMAT (1977), SIMO (1961). También se creó la Asociación de Técnicos en Informática ATI (1967), lo cual ya daba idea de la cantidad de profesionales que se dedicaban al incipiente sector informático (más de 7000 socios). Prueba de la agilidad del sector informático , hay que citar que se creó el Plan Informático Nacional en el año 1976, mientras que el PEIN I (1983-86) fue el Pan Electrónico e Informático Nacional. A éste le siguió el PEIN II (1987-90), mientras que en 1982 se convocó el primer CIL (Convención Informática Latina), que se viene convocando cada dos años.
d). De boom en boom: de tener 60 fábricas de TV color, al boom del ladrillo
De esa época gloriosa en la que se creaban empresas fabricantes o importadoras como “setas”, pasamos en pocos años al boom del ladrillo, de la construcción de viviendas, casas adosadas, autovías, autopistas, trenes de alta velocidad (AVE), pabellones deportivos, bibliotecas, piscinas municipales, etc. De hecho, uno de los problemas por el cual en nuestro país no se aprovechara el tirón del potente tejido industrial de las empresas TIC, fue que muchos empresarios o inversiones bancarias, se dirigieron hacia el nuevo sector en alza; el de la construcción y la obra civil. Es una
lástima que parte de ese dinero no se empleara en I+D para proseguir el desarrollo del sector TIC.
Recuerdo que en una de las encuestas que habitualmente realizaba para la revista que dirigía, publiqué a principios de la década de los años 80, un estudio sobre las empresas fabricantes de TV en color. El resultado fue que en España había más de 60 empresas ¡!, cuando en Alemania, Francia o Italia tenían alrededor de 7 u 8 cada uno de estos países. La historia se repite aquí: donde se intuye un negocio, se vuelcan los especuladores. Esto mismo pasó con los videoclubes, las salas de bingo, o los chalets…
Faltan verdaderos empresarios, con visión de futuro, y sobran especuladores…
e). ¡Por fin nos tomamos en serio la I+D!. ¡ En España se investiga, y tenemos muy buenos investigadores!.
Hoy, la opinión popular e incluso la de la mayor parte de los medios de comunicación, siguen pensando que acá no se investiga, y que los pocos investigadores que generamos se van al extranjero…Hoy, como hace 30 años en que dejé de dirigir la revista “Mundo Electrónico”, me veo en la obligación de tener que seguir haciendo “pedagogía”, y explicar a la gente que se equivocan. En España se hace investigación (sin duda, menos de la que tendríamos que hacer), y que tenemos bastantes y buenos investigadores, en variados sectores: desde el agroalimentario hasta los nuevos materiales, pasando por la biotecnología, la Óptica, las TIC, las Ciencias del Mar, y la
astrofísica. Hay centros de I+D e investigadores en toda España, especialmente en 4 grandes áreas: Catalunya, Madrid, País Vasco y Valencia.
A continuación, describiré el estado del arte en Catalunya, que es el que mayormente conozco, si bien este relato puede dar idea, extrapolando, de la cantidad y calidad de la I+D que se hace en nuestro país.
f). Catalunya juega en la “Champions” de regiones tecnológicas
No quisiera parecer chauvinista de mi tierra, pero sin desmerecer otras regiones, Catalunya, especialmente el área metropolitana de Barcelona es una de las regiones que está en el “top ten”de la ciencia y la tecnologia europea. Es la capital del móvil, la primera smart city del estado y una de las 5 primeras “Tech Cities” de Europa.
Cuenta con 12 universidades (7 públicas, 4 privadas y una virtual), y con 36 Institutos Universitarios de Investigación. Hay, también, 40 centros de I+D (CERCA) dedicados a la excelencia en investigación y desarrollo. En Catalunya hay 21 centros del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, perteneciente al Estado español). Once centros del INTA, Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria. Nueve Instituciones Hospitalarias con I+D biomédica. Además, contamos con 16 Parques Tecnológicos y Científicos . Trece grandes infraestructures de apoyo a la investigación (GIAI), y los Centros TECNIO, expertos en I+D industrial y transferencia de tecnología. En Total Catalunya cuenta con 1.652 grupos de investigadores multidisciplinares.
El año 2015 se creó el Barcelona Institute of Science and Technology (BIST), promovido por Andreu Mas Colell, e integrado por 6 centros de excelencia en investigación, que nada más crearse ya se situó en el puesto 24 en el ranking de las mejores instituciones científicas de Europa, y en el 95 del ranking mundial. Los datos han sido aportados por Miquel A. Pericàs, director del BIST. Lo integran: el Institut de Ciències Fotòniques (ICFO), el de Recerca Biomèdica de Barcelona (IRB), el Català d’Investigació Química (ICIQ), el de Nanociència i Nanotecnologia (ICN2), el de Física de Altas Energías (IFAE) y el Centre de Regulació Genòmica (CRG). Cada uno de ellos mantiene su sede inicial y su personalidad jurídica propia. Pero juntos ganan visibilidad y prestigio internacional y colaborarán en proyectos de investigación multidisciplinar. “Nuestro objetivo a largo plazo –según Miquel A. Pericàs– es convertirnos en una fábrica de conocimiento y de talento de primer nivel mundial”. En el “Super-Instituto” trabajan actualmente 1.401 científicos, divididos en 159 grupos de investigación. Publican más de mil artículos científicos al año, y han creado 19 empresas que están actualmente en funcionamiento. A este hermoso y prometedor panorama científico, hay que añadir dos centros más de excelencia: El SINCOTRÓN ALBA y el BARCELONA SUPERCOMPUTING CENTER (BSC), cuya misión además de investigar, es coadyuvar y facilitar la investigación de científicos del sector público y también de empreses privadas. El BSC dispone del supercomputador “Marenostrum 4”, y pronto dispondrá del “Marenostrum 5”, valorado en 200 millones de euros, cofinanciado al 50% por la Unión Europea. En el BSC trabajan más de 500
científicos procedentes de 40 países, repartidos en 4 grandes áreas de investigación: Ciencias de la Vida, Ciencias de la Tierra, Ciencias de la Computación e Ingeniería Aplicada . Es una lástima que estos dos centros de excelencia no fueran integrados en el BIST, al parecer porque la Generalitat es minoritaria en sus respectivos patronatos, y esto para los “independentistas” es un “inconveniente”. ¡Lamentable y pueblerino!...
Para terminar con esta visión panorámica de la investigación y los investigadores que hay en Catalunya, diré que contamos también con más de 250 “Icreas”. ICREA es un programa de talento, creado en el año 2001, que impulsa la atracción y retención de los mejores investigadores del mundo en Catalunya. Estos científicos pertenecen a todos los campos del conocimiento, desde filósofos hasta astrofísicos, y se distribuyen entre 49 centros e instituciones científicas.
Si todo esto lo extrapolamos a las regiones más desarrolladas del país, como Madrid, País Vasco y Valencia (sin descuidar otras CC.AA), tendremos la idea correcta: ¡en España se hace I+D, y tenemos bastantes y Buenos investigadores!!
Leído el 2 de agosto, en la prensa española: en 2018, el 30% de las empresas españolas ha reemplazado la mano de obra por tecnología; se calcula que para el año 2030, el 54% de los empleados necesitará formación especializada en el sector tecnológico, y que para la misma fecha, entre 600 y 800 millones de personas serán desplazadas de sus puestos de trabajo a nivel mundial por el mismo motivo.
Moraleja: hagamos pedagogía entre nuestros jóvenes para que se preparen en TIC, si quieren conseguir un puesto de trabajo cuando terminen sus estudiós universitarios o de FP. El futuro está ahí.
Josep Mompín Poblet
http://www.mompin.es <http://www.mompin.es/>
josemompin@gmail.com